Acudir a una clínica dental como espectador marcó mi futuro como odontólogo

Formarse es algo elemental para desarrollarnos como personas y como futuros profesionales. Se trata de una actividad que no debemos dejar de hacer en ningún momento de la vida, aunque ya tengamos un puesto de trabajo fijo o nos hayamos jubilado. Aprender cosas día a día es algo humano y que va a definir quiénes somos. Se trata de una cuestión que también nos va a hacer libres porque nos va a permitir ver el mundo de una manera independiente. Cualquier momento es bueno para aprender algo nuevo, sin duda.

Esto que os he comentado en el primer párrafo es algo que mis padres me repetían hasta la saciedad cuando era pequeño. Y tengo que agradecérselo profundamente porque esas indicaciones me han sido de gran utilidad a lo largo de mi vida. Desde muy pequeño me resultó especialmente interesante todo el conocimiento que estaba ligado de alguna manera a la salud humana. Todo aquello que tenía que ver con la cura de enfermedades o con el motivo por el cual aparecen me hacía abrir bien los ojos y me generaba cosquillas en el estómago. No tardé en comprender que mi futuro pasaba por alguna actividad relacionada con eso.

Es cierto que el campo de la salud es inmenso y que engloba una cantidad muy grande de ramas. Tardé un poquito más en comprobar cuál era la que más me gustaba. Había muchas que me llamaban poderosamente la atención, pero ninguna como la relativa a la salud dental. Tener la oportunidad de aprender cómo arreglar los problemas bucales de la gente se convirtió en mi sueño y en él comencé a trabajar estudiando la carrera de Odontología. A día de hoy, tengo que decir que esa decisión fue la que más alegrías me ha proporcionado con el paso de los años.

He de decir también que he sido especialmente afortunado porque mi existencia ha coincidido con una especie de ‘boom’ en lo que respecta a las posibilidades de estudiar Odontología. Apuntaba una noticia publicada en la página web de El Dentista Moderno en el año 2016 que ya eran 21 universidades las que impartían una carrera como esta, que antes solo se estudiaba en un puñado. De hecho, España ya se había convertido en el país que contaba con más universidades que impartieran esta carrera por número de habitantes. Y es que la odontología ha ido ganando en importancia, por suerte. Somos mucho más conscientes ahora que antes de la importancia que tiene tener una boca cuidada.

Prácticamente desde el primer minuto en el que puse un pie en la universidad sabía que la rama de saber que había escogido estaba hecha para mí. Me resultaban especialmente interesantes todas las clases e incluso encontraba ciertas facilidades que otros no tenían para ir desarrollando las diferentes prácticas y para comprender los distintos conocimientos que nos iban transmitiendo. Ese proceso por el cual me fui dando cuenta de eso lo recuerdo con muchísimo cariño porque me hizo sentir especialmente feliz.

Tengo muchas cosas que agradecer al conjunto de profesores que nos fueron transmitiendo todos esos conocimientos de los que estaba hablando más arriba. Y es que me encontré con una plantilla de profesores que trabajó con denuedo en que conociéramos a la perfección a qué tipo de situaciones se ha de enfrentar un dentista y cómo debe resolverlas. Lo hicieron a través de casos reales, mostrándonos la realidad de clínicas dentales y la de los profesionales que trabajan para ellas. De hecho, el profesorado se encargó personalmente de que pudiéramos hacer visitas a clínicas dentales para conocer de primera mano esos casos y ver en vivo y en directo las técnicas que se llevaban a cabo para dar una resolución eficaz y efectiva.

No hay una manera mejor de aprender un oficio como el de dentista que viendo a un profesional de este campo en acción. Cuando la universidad en la que cursé odontología empezó a organizar excursiones a clínicas dentales para vivir todo tipo de procesos en vivo y en directo, me mostraré feliz porque sabía que eso me iba a reportar una enorme cantidad de conocimiento relacionado con la materia. En mi caso, esa experiencia tuvo lugar en CKA Grupo Dental y tengo que agradecerlo por un motivo tan simple como el ligado a la gran cantidad y variedad de intervenciones que tuve la suerte de presenciar allí: ortodoncia, estética dental, implantes dentales, cirugía oral, endodoncia… Para mí, aquello era el paraíso.

Saqué muchas conclusiones de momentos como esos. Y, claro, eso me dio alas para finalizar la carrera siendo uno de los más destacados de mi promoción. Ese fue otro de los momentos más felices de mi vida porque recuerdo el orgullo con el que me miraban mi padre y mi madre, que seguramente ya sabían que su hijo iba a ser una persona de provecho para la sociedad. Pocas cosas deben hacer sentir más orgullo a los ascendientes, ¿no creéis?

Apenas tardé tiempo en encontrar trabajo. Ya he dicho algunos párrafos más arriba que estamos en un momento de la Historia en el que se valora mucho todo lo que tenga que ver con la salud dental. Eso ha permitido que el sector en el que yo me encuadro haya crecido de una manera más que interesante y que la cantidad de personas que se dedican a él también se haya multiplicado. Como es lógico, en un contexto como esos, una persona joven y que tiene todo el hambre del mundo tiene todas las de ganar a la hora de hacerse con un puesto de trabajo. Ese fue mi caso.

Es difícil explicarle a alguien con palabras la felicidad que siento por poder dedicarme a lo que realmente me gusta. El proceso no ha sido en todo momento un camino de rosas, sino que ha tenido momentos complicados que he tenido que superar con mucho esfuerzo y sudor. Pero ha merecido la pena. Suele decirse que encontrar un trabajo que puedas considerar como tu hobby es lo mismo que no trabajar ni un solo día de la vida. Y esa es un poco la sensación que me ha quedado después de todo.

Me complace comprobar que la actividad a la que me dedico sigue ganando en importancia en el interior de nuestras fronteras. Una noticia que vio la luz en la página web de Redacción Médica indicaba que el número de dentistas en España rozaba ya los 41.000 en el año 2023, teniendo, por cierto, un 58% de mujeres. Eso me deja tranquilo de cara al futuro y también me hace feliz porque sigo viendo a mi alrededor que la gente está concienciada al respecto de la importancia que tiene mantener su boca a salvo de cualquier enfermedad o problema.

Con independencia de cuál sea tu actividad preferida, ¡fórmate! 

Está claro que no a todas las personas nos gusta hacer lo mismo en la vida. Cada una es de una manera completamente diferente y merece ser respetada por los y las demás. Con independencia de cual sea vuestra elección en este sentido, el consejo que os doy es que no la dejéis nunca de lado y que continuéis manteniendo la fé. Os puedo asegurar que, con esfuerzo y voluntad, vais a poder conseguir todo aquello que os propongáis.

Durante el trayecto, como no podía ser de otra manera, seguro que os vais a encontrar con obstáculos y trabas. No os preocupéis en absoluto, porque esto forma parte del plan de vida de cualquier persona. Lo importante es superarlos habiendo aprendido algo nuevo y habiéndonos superado a nosotros mismos. Esa es la mayor de las pruebas a las que nos vamos a enfrentar en cualquier situación que tenga lugar en esta vida. Y quien consiga superarla va a obtener una lección que no va a olvidar nunca y que le va a hacer mejor persona y mejor profesional.

La educación ha sido, es y seguirá siendo uno de los pilares más importantes de nuestra sociedad. Y debemos hacer posible que cada persona saque el máximo jugo de sus años de formación. Son esos años los que van a determinar cuál va a ser su futuro y si va a ser feliz con aquellos proyectos que decida emprender. Creo que merece y mucho la pena que nos los tomemos en serio y que luchemos por nuestros sueños, por aquella huella que algún día nos gustaría dejar. A fin de cuentas, esa huella será por lo que nos recuerden. Nadie se acordará de nosotros por el hecho de haber tenido más o menos dinero.

No me siento más especial que nadie por haber tenido una formación como la que os he descrito a grandes rasgos a lo largo de estos párrafos. Pero sí que me considero alguien que ha tenido fortuna, una fortuna que a veces hay que salir a buscar y que no podemos esperar encontrar sentados en el sofá de nuestra casa. Espero que en mi caso sirva de aliento para muchos de vosotros y vosotras y que más pronto que tarde podáis cumplir todos vuestros objetivos profesionales y personales.

 

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